Alineadores invisibles
La búsqueda de sistemas de ortodoncia aún más estéticos, además del empleo de materiales más discretos, ha dado pie a otras formas de ortodoncia como la llamada invisible, que son una serie de alineadores prácticamente invisibles, con este sistema no hay necesidad de usar alambres ni aparatos metálicos.
El sistema se basa en una serie de pasos. En el primero la Dra. Suquía, debe establecer el diagnóstico y el plan de tratamiento, basado en el escaneado de ambas arcadas de la boca, radiografías y una serie de fotos intra y extra orales. Todo ello es enviado a la compañía fabricante de la férula, donde el escaneado sirve para realizar un montaje digital de sus piezas dentales que, junto con la información recibida, se pasa a un programa de ordenador que crea un modelo virtual en tres dimensiones (3D).
Se crea entonces una película interactiva, la cual representa el movimiento de los dientes del paciente desde el principio, etapa por etapa, hasta la posición final. De esta forma, y en la pantalla del ordenador de la consulta, puede comprobar si la propuesta de tratamiento del laboratorio con su diagnóstico y los objetivos marcados por la Dra. Suquía se corresponden a sus expectativas.
Una vez que el proyecto obtiene el sí definitivo por parte de la Doctora y del paciente, se realizan los alineadores necesarios que serán enviados a la clínica.
El paciente llevará cada una de estas férulas una media de entre 5, 7 o 10 días. El número de férulas que tiene que ir cambiando dependerá de cada caso y de su complejidad. Los alineadores irán moviendo, semana a semana, un cuarto de milímetro las piezas dentales hasta lograr los resultados deseados. Generalmente, tendrá que visitar la Doctora con la misma frecuencia con la que lo haría en el caso de llevar los aparatos tradicionales, una vez cada mes.
Dado que el dispositivo se debe quitar para comer, beber y para la higiene bucal, es imprescindible mantenerlo el resto del tiempo en su posición. Lo que aparentemente puede ser un incordio, como es sacarse la férula para comer, es una de las ventajas de este sistema.
Hoy en día el sistema invisalign permite corregir cualquier tipo de maloclusión por compleja que sea, obteniendo unos resultados excelentes. Todos los pacientes pueden beneficiarse de este tratamiento a cualquier edad, incluso niños y adolescentes, obteniendo en este rango de edad resultados excepcionales al ser pacientes en crecimiento.
El sistema invisalign no tiene urgencias ya que las férulas son muy cómodas y la adaptación a este aparato es inmediata.
La técnica lingual
La novedosa Técnica Lingual es un tipo de ortodoncia invisible, sumamente estética por encontrarse colocada en la cara interna de los dientes. Es la alternativa ideal para los pacientes adultos que no desean exhibir los aparatos durante el lapso de tiempo que dure el tratamiento y no ver afectada de ninguna manera su vida laboral o su vida de relación social.
Ahora, con la Ortodoncia invisible o Lingual, es posible resolver los problemas de mala posición dental sin perjudicar en absoluto la apariencia estética. La Ortodoncia Lingual, es pues, una nueva alternativa que permite resolver los problemas de mala posición dental sin sacrificar la estética, consiguiendo así una bonita sonrisa y una boca saludable a cualquier edad.

¿Qué es la Ortodoncia Invisible o Lingual?
Es una nueva generación de brackets para gente de todas las edades. A diferencia de los brackets convencionales que se colocan en la parte exterior de los dientes, los brackets linguales, se colocan en la parte interior, haciéndolos prácticamente invisibles para los demás.
Gracias a la innovadora tecnología empleada en su fabricación, los brackets están hechos a medida para cada persona, lo que te proporcionará la máxima comodidad mientras consigues una sonrisa perfecta.
¿Por qué elegir Ortodoncia invisible o Lingual?
- Personalización: están realizados a la medida de tus dientes.
- Estética: son prácticamente invisibles desde el exterior.
- Comodidad: tras un corto periodo de adaptación, cualquier molestia menor desaparecerá.
- Fiabilidad: corrige todo tipo de malposiciones de los dientes independientemente de la edad que tengas.


Tratamiento interceptivo: desde los seis años
A partir de los seis años le aparece a nuestros hijos el primer diente definitivo. Este es el mejor momento para llevarlos al ortodoncista a una primera revisión. Hasta entonces, una dentición totalmente temporal sólo permite tratamientos preventivos destinados a eliminar hábitos infantiles como el uso prolongado del chupete, respirar por la boca, posiciones anómalas de la lengua o chuparse los dedos, así como deformaciones faciales relevantes y detectadas por padres o pediatras.
Esta primera toma de contacto no implica por lo general comenzar un tratamiento ortodóncico de larga duración pero sí la toma de medidas interceptivas con aparatos simples y fáciles de limpiar que permitirán evitar problemas futuros una vez que se complete el recambio de la dentición, sobre los doce años.
Desde la aparición del primer diente definitivo, las indicaciones para el tratamiento interceptivo, serían además:
Pérdida prematura de un diente de leche: para no perder el espacio reservado al diente permanente es necesario colocar un mantenedor de espacio destinado a conservar el sitio hasta la erupción del diente definitivo.
Extracciones selectivas de dientes temporales orientadas a a facilitar la salida normal de de los dientes definitivos.
Mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares, generalmente cuando se inicia el recambio de los molares de leche por los definitivos ( de 9 a 11 años).
Corrección de maxilares superiores estrechos.
Discrepancias de tamaño sagital de maxilar superior o mandíbula que conlleven una alteración funcional y que presenten una ventaja real al tratamiento más tardío. Es decir, una mandíbula demasiado grande o pequeña y maxilar demasiado grande o pequeño.
Corrección de todo tipo de hábitos chupete, succión de dedos, interposición de la lengua…
En general deben ser tratamientos de corta duración, con aparatos muy simples y fáciles de usar. La indicación debe de ser clara, y la ventaja sobre el tratamiento de todos los problemas que presente la dentición una vez recambiada (sobre los 12 años) muy bien definida.

Ortodoncia para adolescentes
Cuando nuestros pacientes cumplen once o doce años y finalizan el recambio a la dentición permanente podemos comenzar el tratamiento de la mayoría de los problemas ortodóncicos.
Son varias las razones que convierten esta edad en la que con más frecuencia colocamos aparatos a nuestros pacientes.
La primera es que en esta época, la presencia de algunos molares de leche se pueden aprovechar para ganar espacio para los dientes anteriores.
Por otro lado, la coincidencia con una fase muy activa de crecimiento, permite la actuación ortopédica sobre los maxilares. Además, la pronta presencia de todos los dientes permanentes nos permitirá su corrección total de manera continuada y sin interrupciones.
Cirugía ortognática
La única contraindicación del tratamiento ortodóncico en este momento, es la de aquellos problemas de origen óseo o esquelético, que necesitan la colaboración de cirugía ortognática. Para corregir estos problemas y evitar que vuelvan a aparecer, está indicado esperar a que finalice el crecimiento, generalmente alrededor de la mayoría de edad.
Nos encontramos en el momento en que la mayoría de niños y niñas jóvenes adolescentes llevarán aparatos principalmente fijos (brackets), metálicos o cerámicos. A estas edades, también pueden llevar sin problemas brackets linguales Incógnito e Invisalign.

Cambiando ideas preconcebidas
Superada hace tiempo la idea clásica de que los tratamientos ortodóncicos sólo se realizan en niños, los adultos suponen un porcentaje cada vez más alto de nuestros pacientes. De hecho, actualmente en Estados Unidos, más del 35% de los pacientes de ortodoncia son adultos, y este número aumentará a medida que aumente la edad media de la población.
Técnicamente, la ortodoncia en el adulto no difiere casi nada de la ortodoncia del niño ó del adolescente, básicamente los dientes se mueven igual pero hay tres factores que marcan la diferencia.
- Primero, el hecho de que se hayan recambiado todos los dientes y que el crecimiento haya finalizado completamente, imposibilita realizar cualquier tipo de labor preventiva, lo que implica que haya que realizar con frecuencia extracciones o recurrir a la colaboración de la cirugía maxilofacial.
- Segundo, los pacientes adultos suelen presentar otros problemas bucales asociados como caries, ausencia de piezas, problemas en las encías que tendrán que ser planificados y solucionados en conjunción con otros especialistas, y por tanto, realizando tratamientos multidisciplinares.
- En tercer lugar, muchos adultos piensan, no con cierta razón, que los dientes se mueven más despacio y que necesitarán mucho tiempo para corregirlos. En la práctica, los tratamientos en adultos no duran más que en los niños ya que esa dificultad inicial se ve compensada por una superior motivación, higiene y cuidado de los aparatos. Además la introducción en el mercado de brackets de autoligado permite acortar sensiblemente el tiempo de tratamiento. ¡Al final el tiempo es inferior ó igual al tratamiento en niños!

Los adultos no renunciamos a una sonrisa perfecta
La otra cuestión que se plantea con frecuencia es la estética del aparato. Los brackets actuales de cerámica y de cristal de Zafiro, de alta transparencia, consiguen una estética excelente, que sin llegar a la invisibilidad total, eliminan el aspecto agresivo de los aparatos convencionales.
Con un paciente motivado y la colaboración de nuestros especialistas en otras ramas de la odontología, podemos conseguir resultados espectaculares en un tiempo menor del esperado.

Tratamientos dentales quirúrgicos
La cirugía ortognática corrige las maloclusiones esqueléticas. Una maloclusión esquelética es aquella provocada por la malposición de los dientes y la malposición de sus bases óseas, ya sea maxilar o mandíbula, respecto al resto de la cara. Como se moviliza el esqueleto facial, puede llegar a provocar cambios faciales importantes. Por ello, buscamos hacer movimientos esqueléticos asociados a los cambios faciales más estéticos. Toda la cirugía ortognática se hace dentro de la boca, por lo que no hay cicatrices externas.
Se realizan estos tratamientos combinados cuando un tratamiento de ortodoncia por sí solo no logra colocar los dientes en la posición necesaria respecto a la arcada dental o esta posición es muy forzada e inestable. También es conveniente practicar cirugía ortognática cuando la función masticatoria es muy deficiente o la cara tiene desproporciones (demasiado larga, demasiado corta, cara hundida o mandíbula muy salida). En todos estos casos, se necesita un tratamiento combinado de ortodoncia y cirugía ortognática.

Necesidades y objetivos de la cirugía ortográfica
Los dos objetivos de la cirugía ortognática son una perfecta función masticatoria con los dientes bien alineados y nivelados, y una armonía facial con una cara bien proporcionada desde el punto de vista estético. Masticar con una malposición de los maxilares facilita la aparición de problemas en la articulación temporomandibular como artrosis o luxaciones de menisco. El tratamiento ortognático frena el deterioro de la articulación y hace que trabaje en una mejor situación, preservando la salud articular.
La malposición de los dientes también contribuye a desarrollar problemas de las encías como recesiones gingivales y enfermedad periodontal. El tratamiento ortognático en este caso mejora la salud gingival.
La malposición dental causa que algunos dientes soporten más fuerza masticatoria que otros, una situación biomecánicamente desfavorable que contribuye a una pérdida prematura de los dientes más castigados. En este caso, el tratamiento ortognático preserva dientes.

Proceso quirúrgico
A través de un minucioso análisis facial y oclusal se valorarán los movimientos dentales y esqueléticos más convenientes en cada paciente. Realizamos una simulación informática de cómo será el resultado tras el tratamiento. El paciente dispone de toda la información.
La planificación inicial es realizada conjuntamente por el cirujano maxilofacial y el ortodoncista en base a unos análisis facial y dental, radiografías (ortopantomografía y teleradiografía), modelos de las arcadas dentales y otras pruebas específicas de cada caso.
La preparación ortodóncica previa a la cirugía suele durar entre 6 y 10 meses, durante los que acudirá a su cirujano (cada 3 meses) para ver la evolución de los movimientos dentales. Cuando la fase de ortodoncia inicial se ha completado, el cirujano reúne toda la información necesaria (mediciones faciales, fotografía de dientes y cara y modelos dentales) para la simulación de movimientos en modelos de laboratorio y se confeccionará la llamada férula quirúrgica, que reproducirá estos movimientos en el quirófano el día de la intervención.
Una vez realizada la intervención, a las 3 semanas seguirá sus visitas de ortodoncia para los movimientos finales. Esta fase de ortodoncia postoperatoria suele durar entre 3 y 6 meses. Una vez acabada la ortodoncia, se retiran los brackets y damos por acabado el tratamiento.